Reunidos
Madre querida,
a tus
plantas maternales,
queremos ser
hijos fieles,
los hijos de
Los Rosales.
Tú eres la
brillante estrella
que en la
noche oscura y fría
va delante
de nosotros
haciendo de
page y guía.
Tú eres faro
refulgente,
tú eres la
misma alegría,
tú eres la Blanca
Paloma
que vuela
con alegría.
Vuelan
nuestros corazones,
nuestra
patrona querida
y por eso te
cantamos:
¡Ave, Ave,
Ave María!
¡Ave, Ave,
Ave María!